Entrar en Y rieron los malos es entrar en una colección de fábulas un tanto inusuales, por lo que de inquietantes tienen. Aquí, los animales no caminan a dos patas y parecen más cercanos a su naturaleza que a las personificaciones a las que estamos acostumbrados, y los finales son mucho más ambiguos y amorales. 12 relatos cortos, protagonizados por animales extraordinarios, provenientes de distintos ecosistemas y paisajes, que encuentran un punto en común en el turbador trazo (heredero de la oscuridad de Gustave Doré) del ilustrador Kristian Eskild, que le valió el premio de ilustración del ministerio de cultura de Dinamarca.

Una obra donde los textos y las ilustraciones se conjugan para fascinar a grandes y pequeños y que en su crudeza ayudan a aflorar multitud de cuestiones sobre el bien y el mal y sobre la vida y la muerte. Un imperdible que hará las delicias tanto de los más pequeños, seducidos por su crueldad, como de los adolescentes, a los que les interesará un punto de vista que plantea muchas más preguntas que respuestas.

Anna Juan Cantavella