Jessica Anthony & Rodrigo Corral
Muchos y variados son los formatos narrativos que han sido adaptados dando lugar a aplicaciones digitales de lo más dispares: cuentos tradicionales (Caperucita App), obras clásicas de la literatura universal (80 Days), álbumes ilustrados (The Heart and the Bottle) e incluso cortometrajes animados (Los fantásticos libros voladores del Señor Morris Lessmore). Sin embargo, Chopsticks es una de las primeras novelas publicadas simultáneamente en ambas plataformas: en papel por Razorbill, el sello juvenil de Penguin Random House, y en pantalla por el estudio digital Citrus Suit.
Como bien dicen sus autores, “independientemente de cómo se escoja leer Chopsticks, ya sea en una tableta digital o a través del libro y la página web, la experiencia lectora cambiará. Cada plataforma ofrece a los lectores diferentes maneras de encontrarse con la vida de Frank y Gloria”. Y es que en Chopsticks (título del conocido vals para piano compuesto por Euphemia Allen a finales del siglo XIX), es el lector quien debe reconstruir la historia de la joven pianista desaparecida, Glory Fleming, a través de un collage compuesto por fotografías, vídeos, canciones y conversaciones de chats.
En esta peculiar novela multimodal, son los objetos cotidianos quienes se encargan de dar forma a los personajes y reflejar sus relaciones, fundamentalmente la existente entre Glory y Francisco Mendoza, su nuevo vecino argentino. Así nos encontraremos recortes de periódicos, álbumes de fotos, felicitaciones navideñas, notas en la nevera, partituras, entradas de diario, CDs de música o mensajes de texto que en su globalidad constituyen la enjundia ficcional y narrativa de la obra. El texto, además, se aprovecha de las características propias de cada medio para jugar con la temporalidad, representando el paso de los años a través de los programas de algunos de los recitales de piano, y posicionando al lector en tantas perspectivas diferentes que, a medida que la narración avanza, el límite de lo real y de lo imaginario se diluye, haciéndole dudar de su presupuesta veracidad.
No obstante, es cierto que en ocasiones echamos en falta un uso más acertado de los recursos sonoros o audiovisuales que enriquecerían aún más la experiencia lectora, pues no acaban de exprimir plenamente las posibilidades que brinda el formato digital. Esto podría atribuirse a la temprana fecha de publicación de la aplicación y a la falta de actualizaciones ulteriores, hecho que se constata en algunos errores en los hipervínculos a las grabaciones musicales. A pesar de ello y aunque en un principio la obra pueda parecer un conjunto de instantáneas inconexas y desconcertantes para algunos, el lector pronto entenderá cómo se combinan las particularidades de los diferentes elementos para construir esta historia de amor adolescente.