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El arte de ilustrar libros infantiles. Concepto y práctica de la narración visual.

Salisbury, M.; Styles, M

Editorial: Blume: Barcelona
Any: 2012
ISBN: 978-84-9801-590-4

 

Con el propósito de incluir la teoría y la práctica de la ilustración del libro infantil de manera accesible y profunda es como se presenta el libro El arte de ilustrar libros infantiles. Concepto y práctica de la narración visual. La lectura completa de la obra permite confirmar esta carta de presentación, ya que se convierte en una aportación interesante que, gracias a la accesibilidad de los contenidos, generan un texto interesante para un público amplio. Presenta una diversidad de núcleos temáticos que abordan desde la historia del surgimiento del libro ilustrado hasta la industria editorial dirigida a los niños, pasando por la figura del ilustrador, la alfabetización visual de los niños y cómo estos responden a los textos, la relación entre la palabra y la imagen y los temas difíciles que la literatura infantil presenta. Cada una de estas entradas representan capítulos breves, rigurosos, exquisitamente ilustrados con ejemplos que ayudan a comprender lo que se cuenta, y que acaban creando un libro divulgativo, conciso y muy documentado sobre un tema tan extenso como es el arte de ilustrar libros infantiles. El recorrido tan amplio y la voluntad divulgativa lo hacen un buen recurso inicial para la formación de futuros profesionales en el ámbito de la literatura infantil.

Acostumbrados como estamos a una publicación actual inalcanzable de libros ilustrados para niños, la corriente nos lleva a leer como los críticos y teóricos los analizan y cuesta detenerse a recordar o conocer el origen de tanta producción relativamente reciente de un género que se convierte para los niños uno de los accesos más importantes a la cultura. En este sentido, en el primer capítulo del libro podemos descubrir obras y autores que marcan el inicio y evolución del género Las entradas a estos autores son pequeñas pinceladas que van generando puertas para el descubrimiento más profundo de estas influencias. En el primer capítulo también genera interés el papel clave de los editores en la proliferación del libro infantil ilustrado a finales del S.XIX y como explicitan las tensiones que experimentaron entre el gusto público, el potencial comercial y la integridad artística. Tensiones que todavía son vigentes. También es relevante el paso por el surgimiento de las primeras series de libros infantiles, así como la aparición de los primeros autores que exploran el género y las diferentes técnicas y enfoques temáticos por los que se inclinan.
Del 3r capítulo (El libro ilustrado y el niño) vale la pena resaltar las claras resonancias del trabajo de uno de los autores, Morag Styles, con Evelyn Arizpe en Lectura de Imágenes (2004), así como investigaciones en curso de algunos estudiantes . Es interesante leer fragmentos de conversación de niños alrededor de los textos literarios que, sin hacer ningún análisis específico de respuesta lectora, ofrecen núcleos al rededor de los cuales los alumnos construyen significado colectivamente.

Una de las aportaciones interesantes es el inicio del 4 º capítulo, en el que encontramos el apartado de «teorizar sobre los libros ilustrados» donde podemos seguir la descripción sobre los intereses de teóricos relevantes como Perry Nodelman, Margaret Meek, Lawrence Sipe o Jane Doonan, entre otros. Como en otras partes del libro, el acercamiento a estos autores generan posibilidades de ampliación de lecturas en función de los intereses de cada lector.

Pensando en la didáctica de la literatura en las aulas, el último capítulo es un conocimiento que a cualquier docente que tiene la tarea de formar lectores literarios puede interesar porque hace un recorrido sencillo, pero muy diverso del proceso de edición, elemento que suele ser obviado en cualquier intervención educativa en torno a los textos literarios y que, cuando se pone al alcance de los alumnos, genera interés y la posibilidad de ampliación de interpretación y respuestas lectoras.

De los capítulos 5 y 2, «El arte del creador de libros ilustrados» y «¿Adecuado para niños?» Destaca un apartado final, que también encontramos en la mayoría de otros capítulos, que titulan como «ejemplos prácticos», en el que los autores eligen focalizar y ofrecer análisis y voz de autores, editores o expertos para poder ejemplificar lo explicado en el capítulo con concreciones interesantes y muy complementarias entre sí.

En general, el libro también destaca una elección muy personal por parte de los autores en la selección de los títulos, ilustradores y personalidades citadas, que para ellos constituyen un recorrido histórico con ejemplos de calidad. También destaca la mirada anglófona, haciendo que algunas de las obras sean desconocidas para un lector no inglés. En este sentido, teniendo en cuenta la edición tan cuidada del libro, es una lástima que los ejemplos que también están editados en castellano no tengan esta versión en las imágenes interiores de los libros así como en algunos títulos que sólo consta la versión inglesa, cuando existe la castellana. Sin embargo, el libro, en su conjunto, representa un acercamiento a la literatura infantil desde la vertiente de la ilustración incluyendo la teoría y la práctica, con una edición muy cuidada y acertadamente ilustrada y con un resultado muy agradable y fácil de leer.