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E-Literature for Children. Enhancing Digital Literacy Learning

Len Unsworth

Editorial: New York: Routledge
Any: 2006
ISBN: 978-0-415-33330-6

 

El desarrollo vertiginoso del mundo virtual hace más necesaria que nunca la aparición de estudios que ayuden a conocer y entender esta nueva realidad, y tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Desde el doble ámbito de la literatura infantil y juvenil (LIJ) y la educación literaria, se necesitan descripciones y clasificaciones de un corpus que también reclama análisis en relación con sus características específicas, los hábitos y las habilidades lectoras que potencia, las modificaciones que puede estar implicando en la lectura o las posibilidades didácticas que ofrece. Un libro que se presenta bajo la cabecera Literatura Electrónica para niños y la concreta en un subtítulo de conexión explícita con la mejora del aprendizaje de la alfabetización digital, pues, por fuerza ha de suscitar el interés de las personas que trabajan con la LIJ y sus aplicaciones educativas.
La obra de Unsworth tiene un planteamiento definido que se hace explícito desde el principio: ofrecer herramientas al profesorado para que use «la literatura electrónica en el aula para mejorar y extender el compromiso de los niños de la era de los ordenadores con el encanto de los posibles mundos de las narraciones literarias «(p. xi). Conviene señalar que hay que entender literatura electrónica en el sentido más amplio del término, ya que integra no sólo todas las producciones literarias accesibles en la red o editadas en soporte electrónico, sino también cualesquiera de los recursos que se les vinculan, sean del tipo que sean (desde páginas de autores, editoriales o lectores hasta videojuegos) y aunque los textos a los que remiten existan únicamente en papel. La voluntad de proporcionar un apoyo efectivo a la docencia en relación con este volumen ingente y diverso de materiales constituye la dimensión pedagógica preeminente del libro, asentada en dos pilares: el primero, la convicción de la influencia determinante de las TIC tanto en la interacción de niños y jóvenes con los textos como en los cambios de naturaleza que éstos están experimentando; el segundo, la investigación que, fruto de esta convicción, deriva en una taxonomía de los productos literarios estrictos, una descripción de los recursos electrónicos que con ellos se relacionan y una batería de propuestas para su uso integrado en las clases.

Con el objetivo de trazar las líneas conceptuales y prácticas que permitan diseñar las programaciones subsiguientes, Unsworth establece, en primer lugar, tres grandes categorías de clasificación de los textos literarios según su relación con los medios digitales (una relación de aumento, de recontextualización o de génesis directa) con el fin de describir su articulación, y proporciona así un esquema teórico efectivo para estudiar el corpus del caso; esta tipología deviene especialmente útil en la división de la tercera posibilidad (la producción literaria digital propiamente dicha) mediante las sucategorías que, una vez presentadas en el capítulo 1, desglosa el capítulo 5 (el cual, a juicio de quien escribe esta reseña, constituye la aportación más significativa de la obra): historias electrónicas para primeros lectores, narraciones electrónicas lineales, narraciones electrónicas y contextos interactivos de la historia, narraciones hipertextuales, narraciones hipermedia y narraciones de juego electrónico.
En segundo lugar, y con respecto a los análisis literarios específicos, Unsworth propugna las aproximaciones resultantes de la fusión de la lingüística funcional sistémica (LFS), su extrapolación a una gramática visual por parte de Kress y van Leeuwen y la aplicación de ambas a la LIJ. En tercer lugar, despliega constantes sugerencias didácticas -e incluso ofrece programas prácticos organizados en unidades de trabajo en el aula (cap. 7)- sobre los marcos organizativo, interpretativo y pedagógico establecidos a partir tanto de la variedad de contextos en línea para desarrollar la comprensión de las diferentes dimensiones de la experiencia literaria (unas dimensiones que concreta en cinco ámbitos: composición / génesis de la historia; invitación / incitación a leer; valoración / celebración; interpretación / respuesta, y composición adjunta / creación) como de una serie de principios para diseñar e implementar proyectos coherentes durante períodos temporales delimitados (unos principios prescriptivos sobre la metodología de trabajo y la dinámica de clase en relación con la composición de los grupos, la dirección del trabajo por parte del docente y las actividades de aprendizaje). Todo ello, con una remisión recurrente ejemplos de índole variada, lo que revierte en un panorama rico y diverso.

Más allá de estas indudables contribuciones en relación con la investigación sobre la literatura electrónica, su conocimiento detallado y sus posibilidades docentes, el libro presenta tres méritos complementarios diferentes que deberían haber quedado implícitos pero que no podemos dejar de consignar porque se agradecen mucho. Uno es la clarificación terminológica (habitual como es que se dé por hecho el dominio de la jerga pertinente, se aprecia la definición de conceptos como book raps, blog, etc. con la inclusión de su origen o de los matices significativos que incorporan). Otro lo configuran los datos referenciales (aparte de proporcionar un corpus literario notable, quedan muy claros los precedentes teóricos del estudio, las fuentes que pueden amplificar sus contenidos y los medios de localización de todo aquello que ilustra las explicaciones). El tercero corresponde al repaso de proyectos e iniciativas especialmente interesantes (en el capítulo 3, por ejemplo, el foco en el uso de las TIC con el fin de captar el interés de los niños por el aprendizaje literario y potenciar su compromiso en este sentido remite a experiencias de primer orden).

Tenemos en las manos, por tanto, una contribución relevante tanto desde la perspectiva teórica como práctica. Lo que no excluye algunas consideraciones simultáneas. La primera viene dada por la obvia barrera que supone la falta de traducción del texto al catalán o a algún otro idioma que lo haga más accesible en nuestro contexto cultural (por mucho que el inglés sea cada vez más una lengua franca, productos como éste no resultan de fácil lectura, sobre todo fuera del ámbito universitario). Un segundo aspecto, que enlaza directamente con el anterior, tiene que ver con la información sobre los recursos al alcance, limitada a la esfera anglosajona con muy pocas excepciones (una limitación lógica teniendo en cuenta tanto la nacionalidad y lugar de trabajo del autor como el estadio de desarrollo tecnológico de las diferentes culturas del mundo, pero que convierte el libro de Unsworth en una herramienta sólo parcialmente útil fuera de ese ámbito). Hay que plantear, también, la complejidad de la conceptualización relativa al marco interpretativo, que, aun siendo conocido y proporcionar herramientas de efectividad indudable, se puede dudar que incorpore la especificidad necesaria al análisis de los textos literarios digitales en sus particularidades como tales -y, además, puede suponer un obstáculo teórico a una prácticas que ya están generalizadas en las aulas. En relación con este último punto, el autor tampoco aporta nada que no supiéramos (o que no fuera fácilmente intuible, si se quiere) con respecto a las propuestas didácticas de uso de los recursos electrónicos en la creación de una determinada dinámica de aula (aparte de responder al sentido común, cualquier docente mínimamente experimentado conoce las ventajas del trabajo colectivo, los buenos resultados de la relación entre tareas autónomas y guiadas, la necesidad de combinar lectura y producción escrita, el sentido de extender la interpretación literaria a otras actividades, la importancia de mantener el contacto con la realidad de fuera de las clases y de producir resultados con efectos sociales claros, etc.). Esto es, sin embargo, peccata minuta en contraste con la aportación del libro. Insistamos para terminar, en consecuencia, en lo que decíamos al principio, y demos todavía un paso más allá: sobre el trasfondo de la creciente importancia de la tecnología en la vida de hoy, y con referencia a la LIJ y la educación literaria, E-Literature for Children. Enhancing digital literacy learning es una lectura no sólo interesante, sino prácticamente imprescindible.