Train Kids nos habla del viaje de inmigración desde los países centroamericanos a Estados Unidos. Es a la vez reportaje, novela de carretera, libro de pandilla y narración de aventuras: una pandilla de composición clásica, con un líder indiscutible, el narrador listo y amigo, la chica, el pequeño del grupo y, aquí, un chico indígena para completar el cuadro; un viaje de peripecias sucesivas, emocionantes, de ritmo incesante, con el encuentro de personajes asociados a este camino de emigración que van haciendo madurar los personajes, abocados a finales diferenciados según un abanico preexistente de salidas posibles; un reportaje que hace conocer y vivir la experiencia de la inmigración ilegal que se extiende sin cesar en nuestro mundo actual. Se trata de una narración bien trabada, en la que el equilibrio de personajes funciona y la tensión entre la dureza del tema y su tratamiento de aventura está bien medida.
El libro puede producir el recelo de encontrarnos ante una propuesta más de educar en los temas sociales de actualidad a nuestros adolescentes, tal como parece la norma extendida hoy en día. Pero la fórmula literaria adoptada permite disfrutarlo como una aventura y ponerse en la piel del otro sin excesos didácticos. El libro ha obtenido una gran acogida e incluso lo hemos visto ya como elección de los clubes de lectura juvenil, así que cumplirá la misión referencial de ser un libro compartido y comentado entre los lectores. Un buen regalo de navidad para los chicos y chicas de la familia.

Teresa Colomer