Tangram Gato es una propuesta muy original que construye una narración a partir del juego de los tangrams. Desde la portada misma vemos las siete piezas que componen este rompecabezas chino que reta a construir figuras acoplando las formas geométricas de un cuadrado, un paralelogramo y tres triángulos, uno grande y dos pequeños. La narración en primera persona es la de un niño que se aburre hasta que le dan este puzzle y crea un gato. A partir de ahí seguimos el juego en el que el niño habla con el gato y le va creando figuras (un pez para que coma, otro gato para que juegue, un árbol para que se salve …) con los que imagina diversas situaciones y que termina con la propia representación del niño narrador que se reúne con el gato creado.

Sobre el fondo blanco de las páginas alternan las figuras lisas del tangram con las coloridas, realistas y expresivas imágenes que el niño tiene en la cabeza. Las palabras del niño que juega y el paso de las páginas crean intrigas, confirmaciones y giros inesperados respecto de las figuras creadas y hacen avanzar la narración. Cada página nos pide demora, nos ofrece quedarnos allí para identificar con los lectores pequeños las figuras y escenas representadas. Pero se superpone la nueva capa de una pequeña historia para los pequeños, una historia consistente y, sin embargo, tan abierta en su devenir como lo son las historias inventadas de los juegos. Y todo ocurre desde la inmensa gracia de hacer coincidir la perspectiva de quien juega y de quien mira en una experiencia muy propia de la infancia. Un gran acierto de color, imaginación y diseño que fusiona el plan real del relato con las situaciones inventadas, pero siempre rigurosamente circunscritas a las siete piezas del tangram. Una invitación, pues, al juego reglado, a la imaginación desafiada por los límites. Como lo son siempre los juegos infantiles. Podríamos decir que es un libro que enseña a jugar y un juego que enseña a ficcionar. En el interior encontramos también un tangram real de cartón con el que jugar estas vacaciones y prolongar la experiencia de lectura. ¡Que lo paséis bien!

Teresa Colomer