¿Mau iz io? significa algo así como «¿qué es esto?», y es que los personajes de este álbum hablan en «insecto» y ese es ya un atractivo del libro, como ocurre con el lenguaje de los marcianos de Sr.Minino de Wiesner. Lo que ha sorprendido a los habitantes del jardín es el tallo de una planta que surge en primavera. Al mismo tiempo el lector verá que en la página izquierda una oruga asciende por una rama que descubriremos adecuada para hacerse el capullo. Los insectos están muy interesados ​​por la planta, la examinan, suben, juegan, se instalan, se admiran de su flor cuando aparece o se asustan o se entristecen cuando la invade una araña. Pero repentinamente la araña es devorada por un pájaro, y su rampante aparición enfatiza la fugacidad y el equilibrio de la naturaleza. Es el ciclo de la vida, el tiempo y la muerte lo que desfila a lo largo del álbum, con una gran atención a las expresiones de los sentimientos y estados de ánimo de los insectos y con una proliferación de pequeñas escenas que hacen coincidir, por ejemplo, la muerte de la planta con la salida de la mariposa del capullo del inicio, en una imagen lírica donde esta baila con la música del grillo. Grandes espacios blancos con un hervidero de vida a nivel de suelo, oscurecidos para marcar el paso hacia la noche, o vacíos para pasar al invierno y luego recomenzar con una promesa de tallos que brotan de las semillas esparcidas por la flor que hemos conocido – ¿Mau iz yo? -, mientras una nueva oruga avanza por la rama. Una aproximación delicada, inteligente y divertida para explicar que todo fluye, se compensa y se acomoda en la fiesta de la vida a la que hemos sido invitados.

Teresa Colomer