La Bella Salvaje es el primer volumen de una trilogía, «El Libro de la Oscuridad«, del prestigioso autor inglés Philip Pullman. Y una noticia que gustará a sus numerosos seguidores es que nos permite volver al mundo fantástico de la anterior trilogía «La Materia Oscura», que quizás algunos conocieron en el cine. Porque esta nueva incursión nos sitúa unos pocos años atrás, justo en el nacimiento de su protagonista Lira, que aquí será un bebé entregado en un convento, en una historia llena de ingredientes folletinescos, de un ambiente misterioso refinado, tal como la tradición inglesa ha marcado el género, de la mezcla de colleges, monasterios y tabernas, de hadas y ogros en escenas sutilmente cosidas a la realidad narrativa y, claro, de la aventura de la navegación, aunque aquí no sea en los mares de los piratas y las colonias, sino en una barquilla en el Támesis desbordado. A partir de este excelente anclaje en la propia tradición narrativa, van apareciendo personajes de muchos de los sectores de la anterior saga, ya conocidos por el lector, y se insinuando el nivel de reflexión de fondo sobre el funcionamiento físico e incluso religioso del mundo establecido por Pullman a partir de esa “Materia oscura”. Y naturalmente, también encontramos el gran hallazgo de los daimoni de los humanos, que los acompañan inseparables, en sus formas cambiantes durante la infancia. El protagonista aquí es un muchacho hijo de los taberneros, un chico tan valiente, hábil, sensato y hambriento de conocimiento que se nos hace extrañamente cercano y querido. Él será el protector de la pequeña Lira, perseguida por unos y otros y amenazada por las aguas de la inundación.

Una narración densa de intriga, llena de escenas emocionantes y buen ritmo, con la creación de un mundo completo donde habitar un lector que, en cuanto la termine, esperará impaciente el segundo volumen. Tan bien escrita que es de las que vienen para quedarse, de las que pasan a la historia de los libros juveniles. Un regalo.

Teresa Colomer