Tragasueños recupera un título publicado en 1978 y editado por Juventud en 1980 en su «Colección Cuadrada», un título que sigue siendo de los más sobresalientes entre la inmensa multitud de libros que desde entonces se han dedicado a conjurar los miedos y pesadillas infantiles. Su autor es el escritor alemán Michael Ende, hijo del pintor Edgar Ende, y bien conocido por sus obras juveniles Momo y La historia interminable. En esta obra para los pequeños, adopta la forma de cuento popular y nos relata la triste historia de la princesita Dormilina, quien tiene la mala suerte de no poder dormir a pesar de vivir en Dormilandia, donde sus habitantes creen que dormir bien es lo más importante de la vida. Su padre decide finalmente emprender el viaje en busca de remedio y bien que lo encontrará después de mucho peregrinar a lo ancho del mundo al conocer un ser mágico, plateado y chispeante, que se alimenta de pesadillas.
La historia adopta con naturalidad y buen ritmo el molde popular, lo empapa de toques de actualidad y fantasía moderna y se vale de un texto de calidad literaria, excelentemente bien traducido por Herminia Dauer. Pero el libro no destacaría como lo hace si no contuviera las maravillosas ilustraciones de Annegert Fuchshuber. En este campo todo es destacable: los colores intensos, los detalles surrealistas esparcidos por todas partes, la cantidad de aspectos en los que detenerse a mirar, la compaginación variable y acertada de las imágenes en cada página, la expresividad de los personajes, el cambio de atmósfera cuando se entra en el terreno mágico de brezal oscuro donde se pierde el rey, con un cambio repentino que irá controlando el temor de los negros y marrones hacia los blancos y azules que nos llevarán nuevamente a la colorido alegre de la vuelta. Y, especialmente acertada resulta la creación del personajes mágico: un estallido brillante y a la vez inquietante que mantiene las distancias respecto del poder de la magia sin convertirla en un personaje banal. Los niños encontrarán una esperanza bastante convincente en la posibilidad de recitar el conjuro que les salvará de sus pesadillas y que comienza diciendo.
Tragasueños,Tragasueños,
ven con tu cuchillo de asta
y tu tenedor de cristal
y abre estos labios pequeños
cómete los malos sueños
que de noche me dan miedo.

Teresa Colomer