La vaca del brik de leche nos adentra en la perspectiva infantil ya desde la primera frase, en la que el niño que narra afirma con rotundidad: “Hay una vaca dentro del brik de leche”. A continuación va desgranando las razones que lo llevan a sostener esta hipótesis, razones basadas en una lógica que difiere de la mirada adulta sobre el mundo y que nos invita a participar de los modos en que el narrador protagonista explora y busca dar sentido a lo que aparece oculto en su mundo cotidiano.

Este libro constituye un muy buen ejemplo de álbum, en la medida en que los sentidos se construyen en la interacción de los diversos lenguajes que lo caracterizan: destacamos el juego con el formato y los paratextos –que imitan el tamaño, la forma y la información contenida habitualmente en un cartón de leche–, la narratividad de las imágenes, el juego con las perspectivas (arriba/abajo, lejos/cerca, dentro/fuera del bric…) y el humor que se genera gracias a las suposiciones del niño, a los guiños que realiza la imagen y a la contraposición que se establece en algunas páginas entre el texto escrito y las ilustraciones del libro.

Martina Fittipaldi