En general la crítica suele dedicar poco espacio a la materialidad del libro, pero los lectores de álbumes saben que las tapas de un libro, las guardas o el formato pueden tener mucha carga semántica. Los álbumes El libro inclinado y El libro del cohete del historietista estadounidense de comienzos del siglo XX Peter Newell ilustran este punto maravillosamente. En ambos, el formato y las formas son tan importantes que estructuran las historias.

El libro con cohete trata de un cohete que atraviesa todo el libro dejando huecos que marcan su ascenso al cielo. Al igual que en El libro inclinado, el juego con el formato representa el movimiento y el paso del tiempo de una manera extremadamente original, que invita al lector a seguir al cohete en su recorrido por montones de rincones insospechados.
A casi 100 años de la primera edición, Peter Newell sigue sorprendiendo con su capacidad de reinventar el libro. El acierto de este rescate editorial, con excelentes traducciones de su divertido texto, ha sido reconocido por los premios Bologna Ragazzi y Los Mejores del Banco del Libro, entre otros; y por los lectores mismos, que han agotado las ediciones en tiempo récord.

Brenda Bellorín