El Letrero secreto de Rosie continúa la labor emprendida por la editorial Kalandraka de publicar las obras del afamado autor Maurice Sendak. A pesar de contar con bastantes obras de Sendak en nuestros recomendados, no hemos podido evitar incluir este título, publicado en 1960 y editado en España por Alfaguara en 1984. Y es que hemos vuelto a leer el letrero de la puerta de Rosie: “Si quieres enterarte de un secreto, llama tres veces”. No hay lector que pueda resistirse, por supuesto. Es así como nos asomamos a la vida de unos niños del barrio de Brooklyn que buscan entretenerse. Sendak explicó que todo esto procede de la observación real de su calle, de ver como jugaban los niños y de una niña que le llamaba especialmente la atención. Rosie es quien manda en el grupo, quien tiene la fuerza imaginativa para inventarse los diversos juegos que llenarán sus tardes, desde la declaración inicial que ella no es Rosie, sino Alinda, una bella cantante. Sus transformaciones sucesivas darán lugar a un espectáculo musical, a la espera del hombre mágico que debe encontrar a Alinda, ahora una niña perdida, la conversión de todos en petardos rojos y plateados o la de Rosie en un gato que duerme, ya en la intimidad de su casa.

El juego de ser otro, la fe y la entrega de los niños al misterio o el telón de fondo de un mundo maternal que les protege y a la vez les impulsa al exterior construyen el mundo secreto que hemos abierto con el título. La perfección con que los dibujos y la narración de Sendak captan la atmósfera de los juegos de la niñez es tan cautivadora, como lo es su sutil plasmación de las emociones y sentimientos humanos que los niños experimentan y aprenden a gobernar. Se hallan aquí el poder y la arbitrariedad de su ejercicio por parte de Rosie, pero también el fracaso estremecedor y la necesidad de contar con los demás; la alegría alocada, la lógica juguetona de los diálogos y la constancia del juego, pero también la variabilidad y la dispersión propia de los niños y de los grupos. Una inmersión en el funcionamiento de las reglas infantiles tan divertido, como reconfortante, tan increíblemente cierto como lo demostrará la identificación de los pequeños y el recuerdo de los adultos cuando lo lean.

Teresa Colomer