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Lectures cursives: quel acompagnement?

Rouxel, Annie

Editorial: Toulouse: CRDP Midi-Pyrénnées
Any: 2005
ISBN: 2-86565-035-9

La incorporación del fomento de la lectura a los objetivos formativos de la escolarización obligatoria plantea retos de diferente orden –para la didáctica de la literatura, para los docentes y para la institución escolar– todavía no superados. En tanto el fomento de la lectura aspira a consolidar los hábitos lectores de los alumnos, resulta todo un desafío construir desde la escuela una práctica cultural que pertenece a la esfera privada. Quizás una de las mayores dificultades de atender a la lectura personal en las aulas estriba en la paradoja de conciliar la lectura libre, que el alumno haría de manera autónoma, con el carácter impuesto que adquiere cuando se inserta en la institución escolar.
El currículum francés se refiere a la modalidad de lectura autónoma como “lectura cursiva”, para distinguirla de la lectura analítica que es la que tradicionalmente se ha practicado en la asignatura de literatura. Y establece una relación de complementariedad entre ambas en tanto la lectura analítica debería desembocar en la práctica consolidada de lecturas cursivas. El libro de Annie Rouxel se enfrenta al reto de pensar una nueva definición de la lectura literaria que incluya tanto la lectura privada como la escolar y que permita trazar pasarelas entre ambas prácticas de lectura.

Como afirma Joëlle Jean en su prefacio a la obra, la lectura cursiva es “un objeto pedagógico no identificado” que carece de metodologías consolidadas. De ahí el enorme valor del estudio de Rouxel al abordar la lectura cursiva en su dimensión teórica y práctica. La primera parte de la obra define y delimita las bases teóricas de esta modalidad de lectura. El repaso de los argumentos que han favorecido la entrada de la lectura cursiva en los programas oficiales así como de las teorías sobre su naturaleza ofrece un mapa esclarecedor sobre el estatus de esta modalidad de lectura. La segunda y la tercera parte, orientadas a la práctica, tienen el mérito de ofrecer pautas para pensar en el acompañamiento de esta modalidad de lectura. Rouxel fundamenta sus propuestas en una toma de postura muy bien argumentada sobre la necesidad de pensar un acompañamiento “delicado”, “ligero” que no escolarice el encuentro personal del lector con el libro y que se inspire en el tipo de prácticas sociales en torno a las lecturas de ocio. El despliegue de los dispositivos didácticos adecuados a estos objetivos, además de aportar actividades interesantes, está respaldado por la experimentación ya que todas las propuestas se han impartido en las aulas por docentes vinculados a un grupo de investigación sobre la lectura cursiva.
Se trata de un libro imprescindible que ofrece a didactas y docentes muchas pistas sobre cómo dotar de una vertiente formativa a las lecturas cursivas. Resulta, por tanto, de gran utilidad para superar el desconcierto que ha provocado la necesidad de atender a las lecturas personales desde el ámbito escolar.