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El bilingüisme mata. Del canvi climàtic al canvi idiomàtic.

Vidal, Pau

Editorial: Barcelona: Pòrtic
Any: 2015
ISBN: 978-84-9809-318-6

Desde hace tiempo los educadores hablamos con preocupación del uso empobrecido de la lengua catalana que se extiende a nuestro alrededor y que a estas alturas invade ya los libros de literatura infantil o los manuales escolares de didáctica de la lengua. Diariamente nos señalamos unos a otros nuevos ejemplos de estructuras calcadas del castellano en “traducción automática” o de desaparición de giros coloquiales. Por eso damos espacio aquí a una obra que no surge de la voluntad académica, sino de la denuncia e incluso de la provocación, ejercida desde su mismo título.

Su autor, filólogo y traductor, participa en los medios de comunicación y ha publicado varios libros de divulgación lingüística, nacidos de la misma voluntad de activismo en favor de la calidad de la lengua. En este volumen se propone desmentir la idea de que las políticas lingüísticas -con la inmersión lingüística escolar como pieza estrella- hayan resultado instrumentos suficientes para preservar la calidad de la lengua catalana y, por tanto, de ofrecerle un futuro.
Para convencer al lector, Vidal le sumerge en una avalancha de ejemplos cotidianos provenientes de todos los ámbitos o analiza las actitudes y tópicos más presentes en nuestra sociedad en relación con el uso de la lengua. El lector, cercado por todas partes –en un tono tan sencillo como incisivo- por una multitud de conversaciones reproducidas y de alusiones a personajes políticos o mediáticos, no puede dejar de reconocer las múltiples situaciones descritas, desde la red a los medios de comunicación , desde la escuela a la diferencia de dominio generacional. La falta de calidad lingüística se hace torrencialmente presente en las páginas del libro como un fenómeno acelerado que hace peligrar la continuidad de una lengua minorizada, por mucho que sea cuantitativamente conocida por los habitantes de Cataluña.

Y es que, efectivamente, las encuestas demuestran que el catalán se mantiene y avanza cuantitativamente y que se produce una prima en favor del catalán en la transmisión intergeneracional. Pero Vidal arremete fuertemente sobre este lugar común y señala que la manía de contarnos nos ha hecho olvidar «la calidad de la lengua que hablamos, que construimos y que consumimos«. Como dice el autor en una entrevista sobre la obra «hoy hay cientos de miles de alumnos que han pasado por la inmersión y no son catalanoparlantes. Dicen que saben hablarlo pero no lo hablan habitualmente; y no tan solo eso, sino que muchos tienen serias dificultades para hablarlo. No se les puede contar como catalanoparlantes. Si nos dijeran la verdad nos deprimiríamos mucho. Durante treinta años no lo hemos dicho, nos ha parecido que todo iba mucho mejor y ahora nos encontramos con esto. Creo que es mejor decir la verdad: no basta con la inmersión «.

También denuncia un segundo lugar común: el que sostiene que si el catalán ha sobrevivido al franquismo y a una inmigración tan intensa no puede encontrarse ahora en peligro. Pero Vidal mantiene que «la aceleración y la revolución tecnológica han hecho que los medios que tenía el franquismo para aniquilar la lengua fueran un chiste al lado de los que hay ahora. Porque ahora tenemos una frecuencia de contacto lingüístico incomparablemente superior a la de entonces«. Un contacto lingüístico a través de multitud de canales de comunicación que resulta letal para las lenguas minoritarias sin protección, o con la animadversión, de los Estados a los que pertenecen, que puede causar inmensos daños a la diversidad lingüística de la humanidad. Así, la descripción de Vidal sobre la falta de uso habitual de la lengua en su multiplicidad de contextos explica, en palabras coincidentes del filólogo Pla Nualart, «que, a pesar de la prima de la transmisión, el catalán retroceda como lengua de uso y se catañolice a ritmo trepidante«.

La tesis defendida por Pau Vidal a partir de este diagnóstico, en la línea ya seguida por otros autores, es que el bilingüismo individual es una riqueza personal incuestionable, pero que el bilingüismo social en contextos como el nuestro, en el que una lengua es la dominante, la conocida y utilizada por todos, lleva a la disolución de la otra, la minorizada, aunque sea denominada como la propia del territorio, como ha ocurrido múltiples veces en la historia de la humanidad o como se puede ver en fase muy avanzada en Galicia o en otros territorios de habla catalana en España. En el contexto de debate político en el que nos encontramos, esto lleva al autor, en primer lugar, a denunciar el optimismo oficial de las administraciones catalanas sobre la situación del catalán, y, en segundo lugar, a reclamar una posición fuerte de institucionalización de la lengua en una posible república catalana independiente, una institucionalización que la convierta en «imprescindible a la hora de vivir en este país, como ocurre en cualquier lugar«.

Nos encontramos, pues, con un libro directo, incluso divertido en su desparpajo expositivo, algo caótico también y con algún despropósito muy fuera de lugar. Pero claro y valiente al enfrentar sin rodeos una situación ante la que no podemos permitirnos hacer caso omiso. Preocupados por la aceleración de la degradación lingüística que Vidal denuncia, tal vez haya que recurrir a una frase que se ha convertido recientemente en popular: «alguien tenía que decirlo». Leer y debatir esta obra es una ocasión de oro para todos los educadores, implicados fuertemente en los procesos lingüísticos de nuestra sociedad y en el dominio real de las dos lenguas oficiales por parte de los niños. Las salas de profesores pueden rebosar de comentarios al respecto con toda justicia y oportunidad