Luna llena de Antoine Guilloppé es un álbum cuyo texto es para primeros lectores pero cuyas imágenes troqueladas son para hedonistas del papel de todas las edades. Se trata de un libro que no sólo celebra la luna y la noche, sino al libro como un objeto material, como forma de arte. Gracias a los avances de en las técnicas de impresión, el texto simple sobre qué hacen los animales del bosque en una noche de luna llena sirve de hilo conductor para páginas negras de finísimos troqueles hechos a láser que anticipan lo que sucederá en los pliegos blancos del reverso, en el que se presentarán más personajes de la noche. La sucesión es propia de los libros para antes de dormir, aunque con su excitante juego con hojas que semejan encajes seguro que mantendrá despierto a más de uno explorando los detalles de sus páginas cortadas. Su ingenio y sofisticación gráfica recuerda a los libros de Bruno Munari, especialmente a Nella notte buia.